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Campaña de solidaridad de Itaka-Escolapios 2012-2013

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LA EDUCACIÓN MULTIPLICA EL FUTURO

Año 1597: San José de Calasanz abre la primera escuela popular gratuita de Europa en el barrio del Trastévere, Roma, para atender y ofrecer un futuro a la infancia que, hasta entonces, nadie se había preocupado por educar.

Año 2000: Las Naciones Unidas aprueban los Objetivos de Desarrollo del Milenio, entre los cuales figura como Objetivo 2 el de lograr la enseñanza primaria universal, el cual se concreta en la siguiente meta: Asegurar que en 2015, la infancia de cualquier parte, niños y niñas por igual, sean capaces de completar un ciclo completo de enseñanza primaria.

Aquello que hace más de 400 años fue el gran proyecto de Calasanz –que no hubiera niños sin escuela-, y que le llevó a fundar las Escuelas Pías y a iniciar una labor que se extendería después por gran parte del mundo, sigue siendo hoy uno de los grandes retos de la Humanidad.

Como expresó José de Calasanz en su famoso Memorial de 1621, defendiendo la educación de los pobres frente a quien se oponía a ella, educar a la infancia y juventud es el servicio “más digno, más noble, de mayor mérito, el más beneficioso, el más útil, el más necesario, el más natural, el más razonable, el más grato, el más atractivo y el más glorioso”.

Es indudable que la educación representa la base del desarrollo humano, ya que es la piedra con la que se construye el futuro de las personas y de los pueblos. Más aún, tal y como Calasanz supo intuir, la educación es la mejor y más sólida herramienta para transformar la sociedad y el mundo, promoviendo la justicia y la paz.

Sin embargo, aunque se hayan dado pasos en los últimos años, la educación para todos sigue siendo una cuestión pendiente en el mundo actual. No solo eso, sino que recientes informes de la UNESCO alertan de que los avances logrados en la escolarización están perdiendo impulso en lo últimos años. Hay aún en el mundo 61 millones de niños y niñas que no tienen ninguna posibilidad de acceder a la escuela. Otros muchos más (200 millones aproximadamente), a pesar de haber sido escolarizados no alcanzan las competencias básicas, debido a la calidad tan precaria de la enseñanza que reciben.

Las Escuelas Pías hoy se sienten más que nunca corresponsables del desafío global de garantizar una educación de calidad para todos. Por eso, desde su carisma propio, siguen comprometiéndose, tal y como hiciera Calasanz, en llevar la educación allá donde más falta hace.

Existen en el momento presente 189 escuelas y colegios escolapios a lo largo y ancho del mundo, que atienden a 125.000 alumnos y alumnas. Muchos de estos centros educativos se encuentran en países de África, Asia y América, en comunidades populares a las cuales las Escuelas Pías han llegado precisamente para dar respuesta a las necesidades educativas de una población mayoritariamente empobrecida. Una población con niños y niñas que, hasta entonces, difícilmente podían acceder a la educación básica, por no existir escuelas suficientes en su entorno, o bien porque sus familias no podían asumir el coste que la escolarización implicaba.

En esas realidades, las Escuelas Pías han puesto en marcha e impulsan obras educativas dirigidas a la población más desfavorecida, que pueden sostenerse gracias a un importante esfuerzo local y a la solidaridad que llega desde otros lugares.

Dentro de esta gran misión educativa escolapia, Itaka-Escolapios es una red de solidaridad que pone en conexión escuelas y proyectos educativos en varios países, desde la premisa de que todo niño, niña o joven debe poder acceder a una educación de calidad, y que la solidaridad para hacer esto realidad no puede tener fronteras.

En la actualidad Itaka-Escolapios está colaborando en el sostenimiento de escuelas en Camerún, Bolivia e India, además de programas socioeducativos dirigidos a la población pobre y vulnerable en Brasil, Venezuela, Nicaragua, República Dominicana, así como en España.

Mediante la campaña de solidaridad de este curso, queremos dar un paso adelante en nuestro compromiso en favor de la educación en el mundo. Proponemos acercar la realidad de los lugares donde las Escuelas Pías están presentes, especialmente aquellos que afrontan más carencias, pero en lo cuales la labor educativa es especialmente necesaria e ilusionante.

Y proponemos también canalizar nuestra solidaridad, a través de la red Itaka-Escolapios, a los proyectos educativos especialmente necesitados en otros países, proyectos con los que poco a poco se va haciendo realidad ese gran objetivo: un mundo en el que no haya un niño o niña sin escuela.

Lo tenemos claro, si apoyas a Itaka-Escolapios, gracias a la educación podemos cambiar vidas y transformar el mundo.