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2020-2021 REiniciando la educación

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Todas las personas e instituciones interesadas en la educación, y de un modo especial las Escuelas Pías, hemos acogido con interés y compromiso la llamada del Papa Francisco a “reconstruir el pacto educativo global”. Es una llamada fuerte y clara, que nos convoca no sólo a renovar nuestro compromiso por la educación, sino por una dinámica compartida de trabajo por la educación como instrumento de cambio social, portadora de un mundo diferente que puede y debe ser construido entre todos y todas.

Es una “invitación para dialogar sobre el modo en que estamos construyendo el futuro del planeta y sobre la necesidad de invertir los talentos de todos, porque cada cambio requiere un camino educativo que haga madurar una nueva solidaridad universal y una sociedad más acogedora”. “Reavivar el compromiso por y con las jóvenes generaciones, renovando la pasión por una educación más abierta e incluyente, capaz de la escucha paciente, del diálogo constructivo y de la mutua comprensión”.

Es una invitación a cuidar la fragilidad de las personas y del mundo en el que vivimos.

La educación y la formación se convierten en prioridades, porque ayudan a ser protagonistas directos y co-constructores del bien común y de la paz.

Como punto de partida, el Papa piensa que hay que “reconstruir” el pacto educativo, porque hay fracturas importantes que debemos reconocer y afrontar, especialmente tres:

  1. Entre la persona y Dios
  2. De las relaciones humanas en su diversidad (la relación con quien es diferente a mí)
  3. De la persona con la naturaleza.

Estas tres fracturas sólo se pueden superar desde la educación. Por eso es necesario un pacto global que las aborde y que nos permita luchar por un mundo diferente.

Es necesario un concepto de educación que abrace la amplia gama de experiencias de vida y de procesos de aprendizaje y que consienta a los jóvenes desarrollar su personalidad de manera individual y colectiva. La educación no termina en las aulas de las escuelas o de las universidades, sino que se afirma principalmente respetando y reforzando el derecho primario de la familia a educar, y el derecho de las Iglesias y de los entes sociales a sostener y colaborar con las familias en la educación de los hijos» (Discurso a los miembros del cuerpo diplomático acreditado ante La Santa Sede con motivo de las felicitaciones del año nuevo, 9 de enero de 2020).

“Es hora de mirar hacia adelante con valentía y esperanza. Que nos sostenga la convicción de que en la educación se encuentra la semilla de la esperanza: una esperanza de paz y de justicia. Una esperanza de belleza, de bondad; una esperanza de armonía social”

Para alcanzar estos objetivos globales, el Papa indica tres pasos importantes que se deben dar en el camino común de la “aldea de la educación”:

  • En primer lugar “valentía de colocar a la persona en el centro”. Para esto se requiere firmar un pacto que anime los procesos educativos formales e informales, que no pueden ignorar que todo en el mundo está íntimamente conectado y que se necesita encontrar – a partir de una sana antropología – otros modos de entender la economía, la política, el crecimiento y el progreso”.
  • Otro paso es la valentía de invertir las mejores energías con creatividad y responsabilidad. La acción propositiva y confiada abre la educación hacia una planificación a largo plazo, que no se detenga en lo estático de las condiciones. De este modo tendremos personas abiertas, responsables, disponibles para encontrar el tiempo para la escucha, el diálogo y la reflexión, y capaces de construir un tejido de relaciones con las familias, entre las generaciones y con las diversas expresiones de la sociedad civil, de modo que se componga un nuevo humanismo.
  • Y finalmente, tener la “valentía de formar personas disponibles que se pongan al servicio de la comunidad” porque “el servicio es un pilar de la cultura del encuentro”, y “como Jesús se inclinó a lavar los pies a los apóstoles”, trabajar “al lado de los más necesitados”.

 

Pilares del nuevo modelo educativo

Durante su discurso, Francisco ha realizado siete propuestas para hacer realidad un nuevo modelo educativo.

  1. Poner en el centro de todo el proceso a la persona
  2. Escuchar la voz de los niños/jóvenes
  3. Fomentar la plena participación de las niñas y las jóvenes
  4. Tener a la familia como primera e indispensable educadora-Tutoría familias
  5. Educar y educarnos para acoger, abriéndonos a los más vulnerables
  6. Comprometernos a estudiar para encontrar otras formas de entender la economía, la política, el crecimiento y el progreso para que estén al servicio del hombre y de toda la familia humana
  7. Cuidar la casa común. En la encíclica Laudato sí’, Papa Francisco recuerda que «La educación será ineficaz y sus esfuerzos serán estériles si no procura también difundir un nuevo paradigma acerca del ser humano, la vida, la sociedad y la relación con la naturaleza»

 

Metodología de la Semana de la Paz y DDHH

Emplear la metodología de “diseño para el cambio”:

  1. Paso 1: sentir (Sensibilizar desde la vivencia)
  2. Paso 2: imaginar (reflexiva, imaginar un nuevo mundo, estilo cooperativo)
  3. Paso 3: actuar (elección de la mejor propuesta)
  4. Paso 4: Evoluar (evolucionar y evaluar. Pensamiento crítico)
  5. Paso 5: Compartir (a través de redes sociales, web…)

Esquema de las actividades 

  1. Frase de Calasanz central
  2. Parte I: Introducción
  3. Parte II: Dinámica
  4. Parte III: reflexión ¿Qué puedo hacer yo? ¿Cómo puedo acercar yo la paz?

 

 

Nota: A la hora de diseñar las actividades tener en cuenta que tal vez se deban llevar a cabo en una situación de confinamiento. Por lo tanto, las actividades que diseñemos se deben poder realizar de modo presencial o de modo online.