Sentir identificación y afinidad con quien se parece a nosotros y nosotras es normal. Pero vivimos en sociedades que generan desconfianza hacia lo diferente. Estamos psicológicamente predispuestos/as a clasificar a las personas en cuanto las conocemos y, quizás por supervivencia, no siempre es una clasificación positiva. Sin embargo, eso puede también hacer que nos perdamos la oportunidad de conocer a alguien con quien podemos compartir mucho más de lo pensamos, o de aprender algo de alguien que puede sorprendernos. Al fin y al cabo… ¿De quién puedes aprender más?

La actividad comienza partiendo el espacio de la clase por la mitad, separadas ambas partes por una línea, imaginaria o no, en el extremo de la cual se coloca el profesor o profesora. A continuación se pide a los alumnos y alumnas que se posicionen en un lado o en otro según las respuestas a las preguntas que les va a hacer:

• Cola- Cola o Pepsi
• Mar o montaña
• Otoño- Inverno o Primavera- Verano
• Carne o pescado
• Reagetton o rock
• Playa o piscina
• Dulce o salado
• Bailar o charlar
• Películas de acción o películas románticas
• Blanco y negro o color
• ...

En alguna ocasión pueden decidir quedarse en el centro, en la línea, porque les da igual una u otra repuesta, pero se les invita a que se posicionen y vayan cambiando de un lado a otro según prefieran una u otra respuesta.

En la segunda parte de esta sesión se propone visionar el siguiente vídeo en el que se remarca lo sencillo que es encasillar a las personas en lugar de buscar las cosas en común que tenemos e invita a buscar esos puntos en común, buscar las similitudes y no las diferencias, lo que nos une y no solo lo que nos separa:

https://www.youtube.com/watch?v=fXBXOaLcMZg

Tras el visionado planteamos un debate sobre lo que nos ha parecido el video y sobre los elementos que nos han sorprendido más. Compartimos también si el vídeo genera algún cambio en nuestra manera de ver las cosas.